El estudio de Shangai KKU diseña una vivienda privada en Nanhui (China) formada por dos espacios habitables: una casa de fin de semana y una vivienda permanente. El diseño de la planta se basa en una retícula de 3m por 3m que componen el volumen del espacio interior y el exterior. Unos interiores y exteriores que se conectan entre sí dando lugar a un flujo de circulación y visuales poroso y complejo.
Mientras que el proyecto se concibió como dos residencias separadas, el diseño de la planta logra un ambiente altamente interconectado para sus habitantes: una mesa grande colocada en el centro de las dos casas junto a las cocinas actúa como eje central del espacio en relación al resto. A partir de ese punto se genera una relación visual entre los usuarios de las dos casas., hecho que permite compartir las visuales. El espacio interior se formaliza con pocos materiales, dotando al ambiente de una austeridad y una uniformidad que no restan calidez: ladrillo visto pintado de blanco y madera tanto en pavimentos como en el poco mobiliario.
Fotos: © jeremy san / stzernstudio
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