La parcela estrecha del proyecto queda encajonada entre los edificios vecinos contiguos, antiguas casas de un barrio popular en Landskrona (Suecia).
Tres simples forjados dividen el volumen y configuran las diversas funciones de la casa. El continuo espacio interior queda abierto a cada uno de los espacios exteriores que limitan la casa, la calle, el jardín y el cielo. Una paleta simple de colores y materiales formaliza una vivienda muy cálida ajustada al ritmo de vida de una pareja joven. Las dimensiones reducidas del espacio quedan contrapuestas a la luminosidad que la propuesta ofrece, un espacio en el que nada sobra y nada falta.
Fotos: © Åke E:son Lindman